Hoy se ha inaugurado en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York una exposición para conmemorar el centenario del Greco, en la que se exhibirán las obras que del célebre artista conserva el propio museo y la Hispanic Society. Ésta se complementa con la exhibición que la Frick Collection realiza de los tres cuadros que conserva en su colección. Os ofrecemos una traducción del artículo publicado en el Wall Street journal por Jenny Che, que podéis encontrar aquí en su versión original, publicada .
¿Cómo hizo El Greco para pasar de pintar iconos en la isla de Creta a las obras expresionistas, alargadas, que le hicieron famoso y que influyeron en artistas como Pablo Picasso y Paul Cézanne? Para conmemorar el cuatrocientos aniversario de la muerte del artista, tres museos de la ciudad de Nueva York tratan de ofrecer una respuesta.
El próximo martes [por hoy, 4 de noviembre] el Metropolitan Museum of Art expondrá sus nueve pinturas del Greco, además de otras seis prestadas por la Hispanic Society. Algunas manzanas más allá, la Frick Collection exhibirá, juntos, sus tres grecos.
Sus lienzos inspiraron artistas al comienzo del pasado siglo, desde Edouard Manet hasta los expresionistas alemanes. “Muchos de ellos buscaban una especie de marchamo y precedente para su propia ruptura con el naturalismo, en la dirección de la expresión de las emociones y la manipulación arbitraria de la realidad”, dice Walter Liedtke, comisario de la exposición. Picasso pintó recreaciones [de sus cuadros] tanto abierta como indirectamente.
Como ejemplos de su trayectoria, que se extendió a lo largo de casi 50 años, “hay desde retratos bastante personales hasta trabajos más formales, religiosos, desde pequeñas pinturas devocionales hasta altares”, dice Mr. Liedtke.
En su juventud, El Greco se trasladó a Venecia, que por entonces controlaba Creta. Fue discípulo del célebre veneciano Tiziano. En la ciudad, parece que completó “El Milagro de Cristo curando a un ciego”, uno de los trabajos más tempranos que el Metropolitan conserva de él, para trasladarse a Roma en 1570. Allí vio la Capilla Sixtina de Miguel Ángel y su forma detallada de capturar la anatomía y los paños. Ese naturalismo se percibe en muchos de los primeros trabajos del Greco, como en la “Pietá” de 1570 de la colección de la Hispanic Society.
En Toledo, España, donde El Greco vivió cerca de 40 años hasta su muerte, redefinió el estilo teatral por el que es mejor conocido. Dos de las pinturas del Metropolitan ofrecen buen ejemplo de ello. El Greco pintó un cielo oscuro atravesado por blancos rayos en su famosa “Vista de Toledo”, el único de sus paisajes que ha sobrevivido. Su inacabada “Visión de San Juan” representa al alto santo a la izquierda del lienzo, con figuras mucho más pequeñas de pie junto a él. Esta diferencia de proporción evoca a la tradición tardía de la Edad Media y Bizantina.
El Greco “acaba en el lugar indicado”, dice Mr. Liedtke respecto a Toledo, antigua capital que era aún vista como una ciudad tradicional y santa. “Tuvo que trasladarse a un país mucho más tradicional, donde la espiritualidad y las pinturas religiosas remitían a unas visiones de lo intangible”.
Jenny Che, Wall Street Journal, 31 de octubre de 2014