Este año se cumple el primer centenario de una de las obras de mayor envergadura que abordara Félix Granda y Buylla, y lo hacía precisamente en Asturias, su tierra natal. Se trataba de la decoración interior de la parroquia de San Juan el Real de Oviedo, que tras varias décadas de peregrinaje iniciadas con la demolición del antiguo templo asturiano, se establecía por fin en un majestuoso templo en la zona del ensanche de Oviedo, hoy declarado Basílica Menor.
El templo, realizado en un estilo neobizantino (o, mejor, latino – bizantino), que desea recuperar la pretendida estética del arte prerrománico asturiano, fue realizado por el arquitecto Luis Bellido, con quien Félix Granda debía mantener amistad. A lo largo de sus carreras profesionales colaboraron en otros proyectos, como la iglesia parroquial de Santo Tomás de Canterbury de Avilés (Asturias), o el Convento de las Madres Reparadoras de Chamartín de la Rosa (Madrid). Destaca también la intervención en el templo de otra firma inseparable de los grandes proyectos de Félix Granda, la de la casa Vidrieras Artísticas Hermanos Maumejean, con quien coincidirá en numerosos trabajos, como los realizados para la iglesa del Sagrado Corazón de Reina de La Habana.
Granda realizó para la parroquia ovetense los retablos, baldaquino, confesionarios y otros elementos del mobiliario, pero son las pinturas murales que ejecutó las que nos han legado una documentación más interesante. En el Archivo de nuestra Fundación se conservan las acuarelas que, como bocetos preparatorios, realizó el propio Félix Granda para estas pinturas, constituyendo una de las escasas muestras que pueden atribuirse a la propia mano del artista.
Como es habitual en la obra de Félix Granda, las distintas obras contienen una gran carga iconográfica, como puede verse en el ejemplo que incluimos en esta entrada. Esta acuarela, que se corresponde con la pintura ubicada sobre el presbiterio, muestra a Adán y Eva arrodillados con recogimiento ante una bellísima representación de la Trinidad. Un frondoso árbol de cuyas ramas cuelgan manzanas – el fruto prohibido – acoge en el centro al Cordero Místico. Sobre él, se ve la mano del Padre bendiciendo y las radiantes llamas del Espíritu Santo. Con la inclusión del árbol, la escena recoge el relato de La Leyenda Dorada del Árbol de la Vida. Según esta leyenda, cuando Adán estuvo próximo a la muerte, su hijo Seth acudió a las puertas del Paraíso en busca del fruto del Árbol de la Vida, con la esperanza de que pudiera salvar a su padre. El ángel que salió a su encuentro le anunció que ya habría muerto cuando retornara a su casa, pero le entregó unas semillas, encargándole que las introdujera en su boca antes de enterrarle. De esas semillas nació un árbol para el que no era posible encontrar ningún uso, pues con su madera no podía construirse nada. Fue la Reina de Saba quien, por una premonición, supo que el destino del árbol era ser la cruz en la que se diera muerte al Salvador, único fin para el que fue definitivamente utilizado. El árbol representa, así, cómo los pecados introducidos en el mundo por Adán al tomar los frutos del Árbol de la Ciencia se redimen con el sacrificio de Cristo, que lo transforma en Árbol de la Vida. Es también una suerte de árbol genealógico de la humanidad, imagen de cómo el pecado, introducido por el primer hombre, es redimido por Jesucristo, que por su doble naturaleza divina y humana es también miembro de su progenie.
Desde la Fundación, nos unimos con esta Pieza del Mes a las celebraciones por el centenario de San Juan el Real, cuya decoración fue uno de los primeros éxitos de Félix Granda, a quien debió llenar de orgullo contribuir al embellecimiento de su patria asturiana.
Hola amigos, encantado de haber dado con vuestro blog. Tengo una página en Facebook titulada “Disfruta de tus sentidos” y en estos días estoy poniendo fotos de la Basílica de San Juan el Real (pondré solamente 9) entre las cuales están las pinturas realizadas por Félix Granda.
Concretamente, mañana pondré la foto de Adán y Eva.
Si os interesa podéis hacer uso de mis fotografías y muchas gracias por la información que compartís en este blog.
José Manuel, ¡disculpa la tardanza! No siempre funciona bien esto de los comentarios. ¡Encantados de conocerte y muchas gracias por tu ofrecimiento!