No podíamos dejar pasar la festividad del Sagrado Corazón, que la Iglesia celebra hoy, doce de junio, sin recordar dos de las esculturas más famosas que se realizaron en los Talleres de Arte siendo su director don Félix Granda y Buylla.
Se trata de dos imágenes de dimensiones monumentales del Sagrado Corazón, muy similares en su planteamiento pero que, como toda obra de arte o de artesanía de calidad, guardan diferencias entre sí que las hacen únicas.
La primera de estas imágenes es el Sagrado Corazón del retablo de la Iglesia del mismo nombre en La Habana, ubicada en la antigua calle Reina y que aún hoy se encuentra bajo el cuidado de los padres Jesuitas. Su diseño es obra del escultor José Capuz, que dirigió para su realización y para la del espectacular retablo al equipo de escultores de los Talleres de Arte de Félix Granda. Fue realizada en 1922.
La segunda es, de nuevo, una imagen para el retablo de un lugar emblemático: el Santuario de la Gran Promesa de Valladolid. Cuenta la tradición que este retablo, que había sido encargado antes de la Guerra Civil Española (1936 – 1939), no se había entregado aún cuando estalló la contienda y que, para que no fuera confiscado o destruido, se ocultó con un falso tabique en una de las estancias de los talleres del Hotel de las Rosas, donde la empresa tenía su sede. Terminada la Guerra, pudo ser entregado a sus destinatarios, y desde entonces luce, junto con los retablos laterales también realizados por Félix Granda, en esta basílica menor.
Ambas esculturas constituyeron desde su instalación un símbolo para el arte y la fe de las ciudades a las que fueron destinadas. Hoy, tanto en la antigua capital castellana de Valladolid como en la caribeña ciudad de La Habana, pueden aún contemplarse en sus respectivos retablos, donde siguen los fieles rindiendo culto al Sagrado Corazón.